AA�os despuA�s, aquA� en la casa de la abuela, sin noticias de mi madre vago desnuda porque me siento desnuda y busco en el dolor ajeno, el elixir del mA�o propio. Lola ya no sabe quA� hacer por ayudarme y me observa paciente mientras lee un libro tras otro, en silencio. Yo no leo, solo la miro. La miro porque algo me tiene que contar, algo me debe contar que me haga salir de este claustro voluntario. Algo de lo que sospecho, ella es culpable, ella y mi madre.