Si hubo una vez una pareja que se amara, fueron mis padres, pero como mi madre no podA�a soportar su ausencia, de repente desaparecA�a y volvA�a al cabo de lo dA�as o semanas sin dar una explicaciA?n, como si acabara de bajar a la plaza a hacer un mandado. Como mi madre era muy querida en el pueblo, yo nunca estaba sola. SabA�a muy bien cuando mi madre ponA�a gesto de pajarito encerrado. Entonces, sin decir nada, recogA�a mis cosas en mi maletita mientras mi madre, que ya tenA�a preparada la suya, me miraba en silencio con el corazA?n partido. Pero un dA�a, apareciA? mi tA�a Lola y no tuve que irme a casa de ninguna vecina.